El llamado de Abraham – Lección 21 de abril 2025
¿Cómo se aplica hoy a nosotros, los adventistas, el mismo principio, a saber, que es necesario obedecer la verdad además de conocerla?
Génesis 10 dice que la humanidad se dividió en tierras, lenguas, familias y «naciones» (Gén. 10: 5; ver también Apoc. 14: 6). La palabra que se tradujo allí como «naciones» es goyim, que también designa a los gentiles, o paganos. Casi inmediatamente después de la introducción de este concepto, Dios llamó a Abraham a salir de una de esas naciones para diferenciarse de ellas y de lo que representaban.
Lee Génesis 12: 1-9. ¿Por qué llamó Dios a Abram (más tarde Abraham) a abandonar su nación de origen?
La intención de Dios era utilizar a Abraham para establecer una nación que contrastara con los reinos humanos. No debían tener otro rey que Dios mismo. El pueblo debía ejemplificar lo que sucedería si la raza humana regresaba a su Creador. Israel fue establecido con el propósito de que fuera una bendición para «todas las familias de la tierra» (Gén. 12: 3). Dios había derramado sobre ellos luz y privilegios que no se habían visto en el mundo desde, quizás, antes del Diluvio.
Lee Deuteronomio 4: 5-9. ¿Qué estaba diciendo el Señor a los hijos de Abraham, a la nación que se había convertido en el cumplimiento de la promesa hecha por Dios al patriarca?
El plan de Dios no era que solo un individuo diera testimonio en su entorno, sino que toda una nación obrara unida y, en cooperación con Dios, reflejara la gloria de su carácter ante el mundo. Nota, además, que las «normas y preceptos» que Dios les había comunicado no eran lo que los hacía tan especiales, sino su fidelidad a esas normas y preceptos, como resultado de lo cual las demás naciones exclamarían: «¡Qué pueblo sabio y entendido, qué nación grande es esta!» (Deut. 4: 6). Por maravillosas que fueran las verdades dadas al pueblo, el hecho de que no vivieran de acuerdo con ellas y las desobedecieran acarrearía maldiciones en lugar de bendiciones, y muerte en lugar de vida.
¿Cómo se aplica hoy a nosotros, los adventistas, el mismo principio, a saber, que es necesario obedecer la verdad además de conocerla?